Algo debe cambiar.
Seguramente has ido o has visto un concierto donde los asistentes, sacan sus teléfonos móviles y empiezan a grabar sin parar. Fotos y videos sin parar. Cientos de cámaras que aparecen obstaculizando la correcta visualización del resto de asistentes, que o bien tienden a mirar hacia la pantalla para ver que móvil es, o si hace bien las fotos/videos. Es algo bastante común, y que por parte de algunos artistas, molesta.
Hasta el punto que alguno, y muy importante, ha parado el concierto para rogar que dejasen de grabar y disfrutasen del espectáculo. Algo hay que hacer. No es normal. Continuamente lo vemos, y es algo que necesita solución y lo necesita porque hasta los expertos están diciendo que los móviles están quitándonos ejercicio mental. Todos estamos de acuerdo que el móvil nos ayuda muchísimo, nos facilita la vida, pero a la vez, nos hace un daño que no vemos, ni somos conscientes de él. Lo analizamos.
La memoria humana se atrofia.
El ejercicio que hacemos de plasmar continuamente todo en video, desde un concierto, pasando por las primeras imágenes de nuestro bebé, cumpleaños, tartas, eventos, todo, está haciendo que nuestra mente no trabaje como es debido. Tenemos una herramienta perfecta, capaz de almacenar miles de millones de imágenes y recordarlas aunque haya pasado mucho tiempo, salvo por enfermedad o similar. Nuestra mente es esa herramienta perfecta. En cifras, porque encima, se saben datos bastante concretos, estamos hablando de que el cerebro tiene 1 billón de neuronas. Cada una de ellas tiene la capacidad de formar mil conexiones con otra. Ese mecanismo y conexiones es capaz de almacenar 2.5 petabytes. ¿Cuánto es eso? Pues ni más ni menos que un millón de gigabytes. Increíble.
Regreso al pasado.
En estos momentos es cuando tiro atrás en el tiempo, y me sale una sonrisa de cómo siempre he comentado, ser un privilegiado que ha vivido toda la evolución tecnología. En ella incluyo, obviamente, el cambio de las cámaras de carrete a lo digital. Seguro que como yo, muchos de vosotros os acordareis cuando nos íbamos de vacaciones con tres, cuatro, cinco, los que sean, carretes y luego los revelábamos. Menuda pasta que nos gastábamos, y lo cautelosos que éramos con las tomas que hacíamos. Madre mía si te salía una movida, era una faena.
Recuerdo con nostalgia alguna vez que hacía una foto y luego me tiraba un rato pensando si había salido bien la instantánea o ese recuerdo se perdería y no quedaría inmortalizado. Eran tiempos mejores, al menos en cuanto a lo mental. Ahora mismo estoy haciendo el ejercicio mental de recordar cosas de hace 18 años, y visualizo casi hasta la camiseta que llevaba mi pareja en el viaje de turno.
Solución al problema.
Volviendo al tema central del artículo…, el tema de los conciertos se debe solucionar. Y la solución podría ser más sencilla de lo que parece. Hay que tirar de ingenio. Y de eso no falta, y creo que es tan sencillo como que una cámara bien posicionada grave todo el concierto (que ya lo hacen), y que los asistentes puedan acceder a ese contenido de manera exclusiva. O mejor todavía. Varias cámaras desde diferentes ángulos, y que de igual manera, los asistentes de manera exclusiva, puedan acceder a ese contenido y verlo, bajar el trozo que quieran, elegir el plano… ¿Molaría? Por supuesto.
El problema es que como no, los organizadores quieren ganar pasta con todo. Si eso pasa, el video o videos empiezan a circular y luego cuando sacan el DVD del concierto no se vende igual. Pero señores, no nos engañemos, hay que evolucionar. Sacar nuevas ideas. El DVD se venderá igual o casi. Diferentes planos, material exclusivo… Mil cosas se pueden hacer. Pero tengo claro que la fácil solución que propongo, es sencilla de ejecutar, también creo que es fácil de que sea exclusiva y no se pueda propagar con facilidad entre gente que no sea exclusivamente asistentes al evento, y que eso, si bien no acabaría con la moda de móvil a mansalva en conciertos, reduciría en parte el problema.