Quizás fui un adelantado a mi tiempo. Tras muchos años con Netflix, hará unos 4/6 meses di el paso y me quité de estar con ellos. Fue una ruptura poco traumática ya que di el paso empujado por ellos mismos y su política miserable que dejaba atrás su esencia natural. Netflix siempre ha sido un servicio famoso y potente porque en su grandeza estaba el saber que muchos de sus usuarios, proclamaban y llevaban sus series a cada rincón del territorio. Pero ahora han decidido romper con sus ideales y decir que el que quiera verlo, paga sí o sí. Da igual si la calidad de sus producciones está desde hace años de capa caída, da igual si los precios son desorbitados, si quieres verlo…, paga.
¿El final?
Si. Rotundamente. La Netflix que conocemos no es sostenible y lo que han hecho traerá cola. No es la primera gran empresa que cae desde lo más alto y acaba desapareciendo. Que se lo digan a Nokia, que no quiso escuchar a nadie, ni desde dentro ni desde fuera. Y en muy poco tiempo, pasó de serlo todo a no ser nadie. Su cabezonería en no aceptar a Android como el sucesor y unirse a ellos, hizo que la empresa acabara desapareciendo (o quedándose en un cajón sin respirar). Netflix no correrá la misma suerte, los tiempos han cambiado, pero sí que estoy seguro que nunca volverá a ser la misma.
Muerte lenta y dolorosa.
A Netflix le espera una muerte lenta, dolorosa y sangrienta. Quizás me equivoco, es muy probable, pero me da que acaban de dictar su sentencia de muerte. No han querido escuchar a nadie, no han aceptado que el mayor de sus problemas no es que la gente comparta cuentas, es que su contenido no está a la altura de su precio. Y ahora vendrá el drama. Verán como sus más de 200 millones de usuarios, que la situaban con muchísima diferencia, por delante de sus perseguidores, los cuales únicamente conseguían hacerle sombra contándose todos los usuarios de sus plataformas juntas, caerán en picado. Quizás no toquen los 100 millones, pero a 150 millones se van a poner en nada y menos.
Los accionistas de Netflix.
Y ahora llega el turno de los accionistas. Esos despiadados inversores que no entienden más que de números. Seguramente los máximos responsables de la situación que vivimos. Pues tendrán lo que quieren, usuario pagando su cuota y nadie fuera de sus redes. Todos controlados. Pero quizás no tienen en cuenta que Netflix es famosa porque quizás la ven 200 millones oficiales, pero esa cifra se multiplica o triplica porque son un alto tanto por ciento, por encima del 50% los que comparten cuenta. Ni un 20% de ellos asume que vaya a pagar dicha cuota, con lo que pasarán a otras plataformas o se dedicarán a coger cualquiera de las miles de páginas, donde se comparte contenido.
¿Existe una salida?
Lamentablemente no existe salida posible. Netflix no va a recular. Sencillamente van a ver como desde ya mismo, puesto que han tirado ya la piedra, en los países donde se aplica su control despiadado, van a ser millones los que se den de baja. Quizás no será hoy, ni mañana, si en 15 días, pero no tardarán en caer. Y quizás la suerte que tienen es que eso pasará de manera escalonada, porque al final, ellos mismos controlan quien y como queda controlado y congelado. Seguramente muchos usuarios aceptarán el control y sometimiento al que van a verse obligados, pero espero y deseo que la mayoría entienda como un abuso, el que una plataforma de streaming, te pregunte quién eres, donde estás y tengas que rendirle cuentas cuando no estés donde quieren que estés.
Hasta luego Netflix.
Les recomiendo que incorporen la “mosca” de la plataforma en la esquina. Es decir, el logo, ya que me da que, en muy poco tiempo, la gente ni se acordará de Netflix y simplemente verán series cuyo propietario se perderá en cuanto desaparezca el cartel inicial de “serie producida por Netflix”. Fue un placer mientras duró, pero cuando naces y creces diciéndole a la gente lo orgullosos que estáis de ver cómo la gente comparte vuestro servicio y llega a todos los rincones, y luego les decís que eso no puede seguir así y que si no pagas no lo puedes ver…, me da que el mundo os dará la espalda, y con ello, el castillo de naipes de caerá a pedazos. Mejor que vayan buscando inversores nuevos, asociaciones o lo que quieran, porque esto se va a la mierda.
Lo inaceptable.
Podemos aceptar que Netflix nos suba los precios, que nos den malos contenidos, que quieran obtener más beneficios, pero señores, es inaceptable que una plataforma de streaming te pregunte donde ves habitualmente el servicio. Que si te da la gana de estar hoy aquí mañana allí tengas que decírselo, que, si quiero ver Netflix con mi mujer durante el día y con mi amante por la noche, lo hago porque para eso pago el servicio. Que si quiero que mis hijos lo vean y no están en casa porque están en casa de la novia, lo vean, y todo eso, señores, con sus nuevas condiciones no se puede hacer. Así que no se vosotros, pero yo os animo a dejar de participar de una empresa que se toma esas licencias.
¿El momento de los Torrent?
Por supuesto. Nunca se han ido, pero como siempre digo, cuando Netflix o Spotify suben o empeoran condiciones, la piratería de sus sectores sube. Son una balanza entre el bien y el mal y Netflix no es que la decante a un lado, es que directamente ha metido un pluma en su lado y mil kilos al otro. En las próximas semanas veremos como el volumen de usuarios que descarga contenido se multiplica por muchísimo, y eso es algo que no se va a frenar. Primero porque existen miles de páginas que se dedican a lo mismo y segundo porque te lo ponen demasiado fácil para coger desvíos. Nunca he defendido la piratería, pero tampoco la condeno abiertamente porque al final, siempre he creído que es un marcador de cuando las cosas se hacen bien o se hacen mal y ahora mismo Netflix lo está haciendo terriblemente mal.
Conclusión.
Netflix se ha metido en un berenjenal que veremos como le sale. Tiene muy mala pinta, pero quien sabe. Quizás sobreviven a lo que está por venir y toman un rumbo positivo. Pero sabiendo que otras plataformas de streaming han querido hacer lo mismo o similar y han acabado destrozadas…, no tengo mucha fe en ellos. Pero lo que sí quiero remarcar y dejar claro es que el problema de Netflix no es que la gente comparta, para nada. Sus números dejan claro que lo que han hecho no tiene sentido a nivel económico. Ganan mucho dinero y tienen el doble de usuarios que hace muy poco. Ahora generando contenido propio que siempre será más rentable que alquilarlo o comprarlo como hacían antes. Y pese a todo ello, ¿no les cuadran las cuentas? Lo siento, pero no me lo creo.